La aplicación de BIM y GIS a los proyectos hidráulicos logra resultados bastante interesantes desde todo punto de vista. En un artículo anterior hablábamos de las obras de drenaje transversal y de cómo las simulaciones hidráulicas permiten recabar valiosa información en el proceso de diseño para poder optimizar las infraestructuras hidráulicas sin que se vean mermadas las condiciones de seguridad. Pues bien, en el artículo de hoy queremos profundizar en el tema. ¡Vamos allá!
¿Qué entendemos por infraestructuras hidráulicas?
El término infraestructuras hidráulicas incluye, de hecho, múltiples tipologías de obras. Estamos hablando de obras de red, como las presas, los acueductos o las obras de riego y drenaje para el servicio integral del agua, pero también de obras marítimas y fluviales, las obras de defensa, hidráulicas y de recuperación de tierras, las plantas de tratamiento de agua potable y de aguas residuales y también, en cierta medida, obras de ingeniería para el desarrollo de cuencas hidrográficas y obras para la rehabilitación y el tendido de alcantarillas y acueductos.
Tal variabilidad implica, evidentemente, tanto la presencia de aspectos comunes, compartidos y transversales para las distintas obras hidráulicas, como especificidades y elementos particulares propios de cada tipo. En este sentido, el uso de BIM es útil no solo a nivel operativo y colaborativo, sino también ontológico, pues unifica enormemente la terminología empleada en la disciplina.
Así pues, los modos de utilización de las obras hidráulicas conciernen a menudo tanto a las entidades gestoras como a los ciudadanos, que debido sobre todo a un aumento muchas veces desmesurado de la demografía urbana, participan cada vez más en la utilización de los espacios sobre los que se desarrollan las obras, al mismo tiempo que son los destinatarios y usuarios de las mismas durante situaciones de emergencia vinculadas a los acontecimientos extremos. Y es esta variable, la demográfica, la que exige la aplicación conjunta de BIM, de GIS y del Internet de las Cosas (IoT) en estricta interoperabilidad.
Una mole de datos que requiere integración
El enfoque que acabamos de describir explica bien, además, por qué la digitalización de la toma de decisiones apoyada en los flujos de información es más eficaz en lo que respecta a la arquitectura, la ingeniería, la construcción y los operadores propietarios (AECOO) y, por consiguiente, se presta bien a la promoción inmobiliaria (regeneración urbana) y a las operaciones de infraestructuras territoriales.
Debido a su importancia estratégica, los datos emanados del uso de obras hidráulicas deben ser extraídos con suma precisión con fines relacionados con la seguridad pública o el eficiente aprovechamiento de los recursos energéticos. En definitiva, se hace necesario el uso de instrumentos para medir las magnitudes y los parámetros hidráulicos y también, en el caso de las presas, para controlar el comportamiento estructural. Para ello, la presencia de sensores y la recogida de datos es un elemento distintivo y fundamental de la ingeniería hidráulica y ha caracterizado las obras y los cursos de agua desde hace más de un siglo.
Por todo esto es urgente que las administraciones públicas tomen conciencia de que el enfoque de los procesos digitales se centre en la gestión del ciclo de vida de las infraestructuras hidráulicas y que, por tanto, en la base de los procedimientos técnico-administrativos individuales se encuentre el ciclo de vida del activo.
La obra hidráulica en la ciudad del futuro
De todos es sabido que el concepto teórico y práctico de las Smart Cities está cada vez más presente en el sector de la construcción. Se ha convertido de hecho en una especie de ideal de la ciudad del futuro, que, dada la existencia de la tecnología para crearla, no podrá ser no inteligente.
En ella, en la Smart City, los activos construidos están cada vez más interconectados, cosa que en cierto sentido difumina las fronteras entre edificios, infraestructuras o redes, pues el concepto de ciudad del futuro obliga a considerar estas entidades como estrechamente relacionadas con sus usuarios, ya sea que estos últimos disfruten de un uso directo (como en el caso del uso de un espacio de oficinas o de una escuela) o indirecto (como en el caso de la red ferroviaria o de distribución de gas).
Así pues, en el caso de las infraestructuras hidráulicas la identidad de los usuarios y las formas de utilización por parte de estos requieren aclaraciones específicas, siempre en función del tipo de obra en cuestión.