El BIM requiere un cambio fundamental en el estilo de trabajo, cosa que supone un enorme viraje desde una cultura de confrontación a una de colaboración. Para ello es condición necesaria la adhesión a las normas ISO, que ofrecen un marco común que facilita el flujo de trabajo colaborativo, sobre todo en ambientes internacionales y multidisciplinares.
Desde su publicación, los esfuerzos de toda la industria de la construcción relativos a la implementación BIM giran, sobre todo, en torno a la ISO 19650 y sus 5 partes. Pero, ¿cuántas normas ISO guardan relación directa o indirecta con el ejercicio del BIM? En este artículo veremos 6 de ellas.
1. ISO 16739
Quizás una de las ISO más influyentes en la práctica de BIM sea esta, la 16739, que rige el intercambio efectivo de información entre las distintas disciplinas implicadas en el proyecto a través del formato IFC, el estándar internacional abierto para los datos BIM que se intercambian y comparten entre las aplicaciones de software utilizadas por los distintos participantes en el sector de la construcción o la gestión de instalaciones.
La norma incluye definiciones que abarcan los datos necesarios para los edificios a lo largo de su ciclo de vida. Esta versión, y las próximas, amplían el ámbito de aplicación para incluir también las definiciones de datos de los activos de infraestructura a lo largo de su ciclo de vida.
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2. ISO 12006
Según el Bimdictionary, la parte 3 de esta norma (Marco para la información orientada a objetos) especifica “un modelo de información independiente del lenguaje que puede utilizarse para el desarrollo de diccionarios utilizados para almacenar o proporcionar información sobre las obras de construcción”. Asimismo, permite referenciar “sistemas de clasificación, modelos de información, modelos de objetos y modelos de procesos desde un marco común”.
El ejemplo por excelencia de cumplimiento de esta norma es el Diccionario de Datos de buildingSMART, un servicio en línea que alberga clasificaciones, propiedades, valores permitidos, unidades y traducciones. Proporciona un flujo de trabajo estandarizado para garantizar la calidad de los datos y la coherencia de la información.
3. ISO 29481
La norma ISO 29481-1:2016 tiene por objeto facilitar la interoperabilidad entre las aplicaciones de software utilizadas durante todas las etapas del ciclo de vida de las obras de construcción, incluyendo la información, el diseño, la documentación, la construcción, la operación y el mantenimiento, y la demolición. Promueve la colaboración digital entre los actores del proceso de construcción y proporciona una base para el intercambio de información precisa, fiable, repetible y de alta calidad. Así, se convierte en un valor agregado en la gestión de proyectos en BIM.
4. ISO 12911
Esta ISO establece un marco para proporcionar especificaciones para la puesta en marcha de la metodología BIM. Es aplicable a cualquier gama de modelización de edificios e instalaciones relacionadas con los edificios, desde una cartera de activos en un único emplazamiento o en varios, hasta activos en un único edificio pequeño y en cualquier sistema, subsistema, componente o elemento constitutivo. Es aplicable a cualquier tipo de activo, incluyendo la mayoría de las infraestructuras y obras públicas, equipos y materiales.
5 y 6. ISO 23386 y 23387
Desde 2013, ha habido muchos intentos de normalizar los datos. Una contribución clave es ahora la de las normas ISO 23386 e ISO 23387, cuyas especificaciones expresan un intento de organizar y regular los datos de procesos digitales según una estructura definida.
La ISO 23386 es una norma para estructurar los datos digitales en el sector de la construcción y tiene por objeto establecer normas para la definición de las propiedades utilizadas en la construcción y una metodología para su creación y mantenimiento
Por su parte, la ISO 23387 define una «estructura de datos estandarizada» para las aplicaciones BIM y los principios que la rigen. Con la introducción de la norma ISO 19650 (parte 1 y parte 2), de hecho, surge la necesidad de apoyar la gestión y la producción de información de los procesos empresariales descritos en ella.
Así pues, el enfoque de la ISO 23387 es la normalización de los datos que, en un proceso orientado a la mejora y la digitalización, es fundamental para establecer un intercambio fiable de información a lo largo del tiempo, así como su fácil utilización y visualización.