El mes pasado AEC Magazine publicó un artículo sobre la digitalización de la construcción fuera de la obra y el paso a un proceso de Modelización Integrada de la Fabricación (FIM). Según su autor, Tal Friedman, arquitecto y empresario de la tecnología de la construcción, esto podría “salvar el planeta”.
A pesar de que en la actualidad se está cambiando el rumbo hacia un enfoque más sostenible de ejercer la construcción, este sector ha demostrado siempre ser insostenible, ineficiente e inasequible. Cuando se conectan los puntos, no es de extrañar que el 40% de las emisiones de CO2 sean producidas sólo por la industria de la construcción. “Es hora de cambiar”, escribe Friedman.
Antes de la revolución industrial el mundo de la fabricación era muy diferente al actual. Los precios de los productos básicos, los coches, los muebles, la ropa y otros, han disminuido hasta 10 veces en comparación con los de hace 100 años, y las emisiones de CO2 derivadas de su producción se han reducido gracias a la estandarización.
Dice Friedman que, al igual que en todos los demás campos de la fabricación, la solución para la industria de la construcción del futuro es la trinidad “Industrialización, Escala, Repetición”. Pero, ¿cómo se puede industrializar el proceso de creación de un edificio? No estamos hablando de un zapato o de un coche, sino de una mole de bloques y hormigón con atributos muy específicos y diversos al mismo tiempo.