A pesar de que no es uno de los temas más recurrentes al hablar de BIM, lo cierto es que la ética profesional es una cuestión que ha interesado ya a varios investigadores vinculados a la industria de la construcción. En este artículo conoceremos las ideas de Nicholas Nisbet, vicepresidente de buildingSMART United Kingdom and Ireland (UKI), que en su pasada ponencia sobre el estrado de la BIM Coordinators Summit de este año, puso el tema sobre la mesa, no sin antes advertir de que quería “ir más allá de decir que los individuos son responsables de comprobar la salud de sus modelos y de que formamos parte de un sistema en el que todos debemos ser responsables de los resultados”.
Ética BIM
“La tecnología es interesante, pero todo ese software que se vende ahí fuera es producto de alguien que ha cogido un puñado de ideas y las ha congelado en una pieza de software donde podemos hacer X, Y y Z mejor. La información es lo que tiene valor. De hecho, podríamos ir más lejos y decir que se trata del proceso de las personas y las ideas” comentaba Nicholas Nisbet.
Y es que hablar de ética BIM implica partir de la siguiente premisa: BIM trata de la gestión de la información, pero también de la colaboración y todo el ciclo de vida. Nos preocupamos por el futuro e intentamos mejorar las cosas y es en todo el ciclo de vida donde las personas entran en juego.
¿Cómo cuidamos de las personas implicadas? Nicholas Nisbet explica que “una de las ideas de la norma ISO 19650 y de la BS 1192 2007 es asegurar que la gente no se vea perjudicada e incluso demandada o expulsada. En otras palabras, “la idea de un CDE”. A este respecto, indicaba Nicholas Nisbet que, de no entender algunas reglas sobre el CDE podríamos correr el riesgo de “acabar utilizando cualquier herramienta”.
Sólo lectura
La primera regla dice que “un CDE es de sólo lectura, un lugar donde poner información para que otras personas puedan leerla. Y las únicas personas para las que un CDE no es de sólo lectura son los autores de cada modelo, archivo o paquete de información. De esta manera, lo único que realmente se escribe en un CDE son las actualizaciones. Es decir, si alguien detecta un error, ha de comunicarlo al responsable.
Compartir pronto y a menudo
La segunda regla consiste en compartir pronto y a menudo. Nisbet la explicaba así: “Cuando empecé a trabajar con papel, amontonábamos los dibujos en un rincón a medida que los terminábamos hasta el último momento posible. Luego los enviábamos a la sala de impresión y ahí quedaban durante unos cuatro días hasta que llegaban al correo, donde permanecían una semana. En la oficina receptora estaban otros cuatro días. Tras recibirlos, los chicos en el otro extremo probablemente no los abrirían durante una semana, para acabar dándose cuenta de que eran basura. ¡Pero eso estaba bien, porque podían llamarnos y decirnos que era basura y nosotros les decíamos que sí, que lo sabíamos, pero que… ¡eso fue hace un mes! Ahora tenemos una forma mejor de trabajar, una oportunidad para compartir información pronto y a menudo para que otras personas puedan ver lo que estás haciendo y la dirección que estás dando al diseño”.
Compartir lo relevante con pertinencia
Siguiente regla: “compartir la información relevante con pertinencia. Los demás tienen derecho a saber hasta qué punto confías en tu información”. Se trata, por ejemplo, de “compartir pronto un primer boceto, una primera idea provisional para hacer saber dónde estamos en el viaje de la información. Y, por supuesto, esperamos que al final de cada fase del proyecto su información se convierta en terminología publicable aceptable para el cliente”.
Actualizaciones con el mismo nombre
Cuarta, las actualizaciones mantienen el mismo nombre. “Supongamos que el técnico examina la arquitectura el lunes y vuelve a hacerlo el viernes. Puede ir al mismo nombre de archivo, al mismo identificador, al mismo lugar en el CDE y ver si se ha actualizado y puede usarlo de una manera fiable. La otra ventaja de mantener el mismo nombre es que permite hacer una lista de todos los entregables el primer día del proyecto, ya que todos están planificados y nadie puede colar uno extra diciendo «mi versión de la puerta principal» o «versión 5 actualizada, revisada, aceptada y comentada por», ya que sólo hay un archivo con ese nombre y sabemos lo que debe contener.
Registro seguro del historial
«Creo que lo más importante de un CDE es que el historial quede registrado de forma segura. Si alguien te propone usar SharePoint, Dropbox o FTP la respuesta es un no rotundo”, incide Nicholas Nisbet. “En 1999 se derrumbó un túnel en el aeropuerto de Heathrow. Nadie resultó herido. El proyecto se retrasó unos cuatro meses. Hubo un juicio y el juez preguntó quién sabía qué, pero todos los participantes dijeron que no se les había dicho nada. El juez dijo: maldita sea, os encuentro a todos culpables. De repente, el sector de la construcción se dio cuenta de que necesitaba un sistema de gestión documental de todos los proyectos. Fue entonces cuando la idea de un CDE apareció junto a todas estas reglas (y podría haber un par más), que están ahí para proteger a la gente de todas las cosas malas que suceden, incluyendo terminar en los tribunales”.
Nicholas Nisbet
Además de ser vicepresidente de buildingSMART UKI desde 2016, Nicholas Nisbet se ha desempeñado los dos últimos años y medio como consultor de COBie e IFC para el Grupo de Expertos en Interoperabilidad BIM. También es propietario de la empresa AEC3. Su email es: nn@aec3.com y el video de su intervención en la BIM Coordinators Summit lo dejamos a continuación: