¿Estamos complicando mucho el BIM? ¿No habría que simplificarlo o incluso, vulgarizarlo? ¿Cuáles son las necesidades de las pymes que aún no se han subido a bordo de BIM? ¿Revit sí, Revit no? ¿Habría que dejarlo todo en manos de ChatGPT4? Bromas aparte, todos estos interrogantes y muchos otros marcaron el octavo encuentro del Grupo de Usuarios BIM de Canarias, celebrado esta vez en el barrio de Vegueta de la capital grancanaria.
Los miembros del grupo, profesionales multidisciplinares y procedentes tanto del sector público como del privado, además de profesores de la ULL y la ULPGC, se congregaron como siempre para intercambiar todo tipo de visiones, experiencias e ideas, en esta ocasión hiladas en torno a un mismo eje: el de una simplificación de BIM que sea capaz de promover y acelerar su aprendizaje en lugar de generar rechazo en quienes están aprendiéndolo debido a la hiperconceptualización. O como diríamos en Canarias… un BIM que ‘hable en cristiano’.
La PYME, pieza clave para un BIM eficiente
Tras la calurosa bienvenida del anfitrión, el ingeniero grancanario Juan Pedro Dyangani (que nos habló de TokenMYs un nuevo proyecto de innovación con blockchain que busca incentivar el reciclaje urbano), el consultor y experto en BIM Iván Guerra se encargó de introducir el debate con una exposición que, entre otras cosas, dejó entrever varios de los problema que muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, afrontan en la actualidad para poder trabajar con BIM de manera realmente eficiente y lógica.
Y es que “dar el salto del simple modelado 3D a la colaboración, la federación y la auditoría de modelos” no es una tarea baladí, pues requiere superar ciertas barreras que en la actualidad “mantienen a mucha gente atrapada en un modo de trabajar que no llega a ser completamente eficaz”. Guerra lo ilustraba así: “En Reino Unido, la adopción BIM a lo largo del tiempo se estanca en el 70%. ¿Quién pincha? Las pequeñas empresas, una de las piezas claves para pasar de ese porcentaje que nos aleja de las cifras de implementación que interesan. Se han dado cuenta de que han tecnificado demasiado y ahora están invirtiendo en formación para superar ese 70% de implementación, cosa necesaria para que BIM predomine como metodología.
Pero, ¿por qué no se ha superado dicho porcentaje? De acuerdo con Guerra, la razón es bastante simple: “se han inventado conceptos inasumibles para el 30% restante”. Asimismo, Guerra explicaba que “mezclamos transformación digital con estandarización y damos por hecho que una no puede funcionar sin la otra. Pero lo que ocurre es muy simple: al mezclarlas se crea un cuello de botella y la gente se atraganta por simple desconocimiento”.
Por su parte, uno de los arquitectos presentes en la cita, Antonio opinaba que no solo es una cuestión de simplificación terminológica sino de mero abaratamiento de costes. “Para que lleguen a las pymes, las herramientas deben ser más baratas y estar en el idioma nativo del usuario”. decía. Y esto es interesante, pues una de las tantas barreras que frenan la implementación BIM es precisamente la del lenguaje. Los niveles de conocimiento de inglés en el AEC hispano muchas veces no son suficientes para usar ciertas herramientas. Las asimetrías en términos de educación BIM que existen todavía en el sector son uno de los motivos que frena el avance efectivo de la digitalización del sector de la construcción.
¿Qué ocurre con la ISO 19650?
“En una empresa de 3 trabajadores estandarizar es fácil, pues es el jefe quien dice cómo se hacen las cosas. En el caso de una empresa de 2500 empleados, es necesario un estándar”. En este sentido los estándares deben estar al servicio del experto, no al revés”, decía Guerra, para quien “la ISO tiene partes que no ayudan”. En otras palabras, “el estándar 19650 echa para atrás a muchas pymes por la dificultad que supone entenderla, sobre todo ciertos psets”, cuando realmente la ISO “no inventa nada; solo da algunas pinceladas sobre cosas que se pueden hacer de una manera diferente”. Por ejemplo, una de las cosas que promueve es el uso de un CDE que nos evite “estar mandando wetransfers”, pero no vale cualquiera, llámese Dropbox o Google Drive. La 19650 establece varios requisitos técnicos sobre el uso de entornos comunes de datos, como la necesidad de asignar a cada contenedor de información una identificación única, basada en un convenio acordado y documentado con carácter previo. Y todo esto, empezando por el precio de la ISO y la cantidad de tiempo necesaria para leerla y comprenderla, no hace sino entorpecer los primeros pasos de aquellas personas con un nivel de formación insuficiente para afrontarla.
Las Dimensiones BIM existen desde la escuadra y el cartabón
Más allá del dilema de la ISO 19650, otro de los conceptos que se prestan a confusión es el de las dimensiones BIM. Sobre él, Iván Guerra aclaraba que “son en realidad una forma de resumir los Usos BIM”. En las licitaciones suelen verse frases como “quiero el uso 4D, el 5D, etcétera”. Pero no funciona así, pues “se lleva toda la vida haciendo 4d, 5d, 6d… antes con escuadra y cartabón y ahora con BIM, así que no tiene sentido pedir dimensiones”. De acuerdo con el experto tinerfeño, “hacer BIM es hacer todo lo que se hacía antes de BIM, pero en 3D”. En definitiva, antes entregábamos planos y una memoria y un presupuesto y todo el mundo sabía lo que estos entregables tenían que contener. Ahora, simplemente, hay un entregable más: el modelo 3D”.
Lo mismo opinaba al respecto Juan Antonio Morales. CEO y BIM Manager en BIMSeven Consultores: “Hay modeladores que se vuelven locos ajustando cientos de parámetros que no hacen falta realmente. A veces el proyecto se vuelve innecesariamente complejo por exceso de información. Tendemos a complicarnos más de lo normal”.
Aclarémonos con el IFC
Continuando con los temas espinosos, nos topamos con el formato IFC, que según Guerra “debe ser visto como una herramienta que a veces usamos y a veces no”. “Yo defiendo un uso pragmático del IFC; pues es una herramienta más que tengo para usar, pero habrá proyectos en que lo use y proyectos en los que no”.
En este sentido, Norena Martín, arquitecta técnica y profesora titular de la Universidad de La Laguna decía que le “preocupa que se transmita que las cosas solo se pueden hacer de una manera”. Para ello explicó a los presentes en qué consiste realmente OpenBIM. “No significa necesariamente pasar las cosas a IFC, sino la posibilidad de ejercer una interoperabilidad en el ecosistema que nos hayamos planteado para el proyecto en cuestión. A lo mejor no usamos el IFC porque nuestro ecosistema con Cype funciona perfectamente, por ejemplo. OpenBIM significa, en definitiva, poder trabajar de manera colaborativa. Los estándares abiertos son otra cosa”.
Nuestras conclusiones
En alianzaBIM creemos que si el BIM es un problema en el proyecto, hay que replantearlo, porque no puede acabar siendo la piedra de tope del mismo. Más bien todo lo contrario: siempre debe ser propuesto y ejecutado de manera que beneficie tanto al diseño como a la ejecución, la operación y la mantención de la infraestructura.
Juan Antonio comentaba que «hay modeladores que se vuelven locos ajustando cientos de parámetros», agregamos: hay coordinadores que se vuelven locos revisando y enviando a corregir miles de interferencias, lo que a su vez vuelve locos a los modeladores al tratar de corregirlas. Además, antes de hacer que los modeladores ajusten sus modelos por miles de interferencias hay que hacerse varias preguntas: ¿es una interferencia que afecta al diseño o la construcción? ¿Vamos a lograr un mejor diseño si la solucionamos? ¿Afecta únicamente a la visualización del modelo BIM? Si es así… ¿es una prioridad corregirla ahora? En pocas palabras, hay que ejercer un criterio agudo a la hora de determinar los trabajos de definición de información tanto de datos como geométricos, porque puede ser muy fácil pasar de un BIM beneficioso a uno problemático y, con esto, lo único que logramos, es desprestigiar el BIM. Nuestro llamado es simple: apliquemos BIM de manera cautelosa, pensando siempre en los recursos disponibles y sobre todo, en la calidad técnica del proyecto.