Siempre que se implemente de manera correcta, emplear BIM supone, en mayor o menor medida, ahorrar costos. Ahora bien, a la hora de reducir el gasto de recursos en un proyecto de construcción, BIM no es la única opción. El otro día hablábamos de la archiconocida filosofía Lean, un enfoque de trabajo centrado en la eliminación de gastos innecesarios. Hoy queremos abordar los beneficios de la prefabricación, entendida como el resultado del diseño BIM-MEP.
BIM-MEP
Las siglas MEP responden a las palabras Mechanical, Electrical and Plumbing (Mecánica, Electricidad y Fontanería). Se trata de la proyección y diseño de las instalaciones referentes a dichas especialidades. La posibilidad de disponer de un modelo MEP junto con un modelo arquitectónico durante la fase de diseño es el punto de partida para la fabricación de mejores instalaciones. El diseño mecánico comprende una fase de dibujo, una fase de acotación y una fase de cálculo. Así pues, la introducción de la metodología BIM ha llevado el MEP a otro nivel de eficiencia. Y es que al trabajar en clave BIM-MEP es posible realizar tanto la parte de representación como la de cálculo dentro del mismo modelo.
Para ello se introducen en el modelo todos los datos necesarios de la instalación: planta de generación, redes de distribución, sistema de gestión y terminales de emisión, por ejemplo. El dimensionamiento de las líneas de la instalación se realiza mediante la aplicación de fórmulas de cálculo y regulaciones específicas de los materiales. El diseñador introduce experiencia y conocimientos con los que «guiar» la actividad de cálculo del software, definiendo los parámetros y las opciones necesarias para el dimensionamiento y analizando después los resultados con el fin de realizar ajustes si es necesario.
¿Por qué MEP se diseña ahora con BIM?
Una de las principales ventajas del enfoque BIM-MEP es que ofrece una visión temprana de los datos críticos del diseño en escenarios en tiempo real directamente desde el modelo arquitectónico. Esto es un beneficio real para los ingenieros de MEP, ya que otorga acceso a información crítica sobre elevaciones de techos, habitaciones, paredes con dispositivos eléctricos o tuberías.
Así, los ingenieros de instalaciones pueden utilizar esta información para la detección de colisiones, cosa que supone la posibilidad de remodelar el cableado eléctrico y la fontanería antes de que se coloque el primer ladrillo. De este modo, no sólo se ahorra tiempo, sino también, y sobre todo, dinero, ya que no será necesario realizar oportunas y costosas remodelaciones en mitad del proyecto de construcción.
BIM también permite una colaboración más estrecha entre todos los oficios que participan en un proyecto de construcción, ya que les proporciona un lugar central para almacenar y compartir toda la información relevante. Esta recopilación de toda la información disponible pondrá de manifiesto cualquier falta de coordinación antes de que se convierta en un problema, lo que permitirá realizar mejoras de diseño sobre la marcha y acortar los plazos de revisión.
Un modelo BIM puede contener una gran cantidad de datos y otra información relevante, lo que permite hacer referencias y referencias cruzadas a lo largo de todo el proceso de construcción. También mostrará si alguna modificación del diseño causará fricción con otros elementos del diseño existente.
Durante la fase de construcción de un proyecto suelen producirse muchos cambios imprevistos, y BIM es lo suficientemente inteligente como para detectarlos y ponerlos de relieve, ahorrándole dinero y tiempo, y permitiéndole avanzar en su proyecto con tranquilidad.
Usos BIM-MEP
Como ya hemos visto, la metodología BIM es básicamente el utensilio principal en la caja de herramientas de los diseñadores MEP. Veamos ahora algunos de los usos más comunes de BIM en el diseño MEP:
En primer lugar, destacan los planos mecánicos. Para que cualquier proyecto de construcción tenga éxito, es necesario contar con diseños mecánicos completos ya que estos garantizan que todos los ingenieros trabajen en la misma página. Estos planos suelen abarcar las múltiples partes mecánicas que son necesarias para el correcto funcionamiento interno de un edificio, así como cualquier otro componente que el equipo de diseñadores MEP vayan a utilizar. Esto se traduce, por ejemplo, en el diseño que un ingeniero mecánico pueda realizar para el hueco del ascensor, un proceso en el que necesariamente tendrá que participar un ingeniero eléctrico.
La electricidad es otro de los ámbitos que nos ocupa. Los esquemas eléctricos, o marcos, muestran todos los componentes eléctricos de un edificio, mostrando a los contratistas la información relativa al lugar donde se va a instalar el sistema eléctrico dentro del edificio. Al mismo tiempo, el modelo BIM muestra a los electricistas lo que tienen que instalar y dónde, para que no haya problemas con el mantenimiento de las directrices del sistema más adelante.
Por último, la Metodología se ocupa de gestionar los diagramas de fontanería, igualmente vitales para el correcto funcionamiento de un edificio, ya que tendrán que ser aprobados por los inspectores de edificios. El modelo de fontanería incluye pues información detallada sobre el tamaño, la forma y la especificación de los elementos que lo componen, es decir, tuberías, válvulas, tanques, filtros y calentadores de agua. Los ingenieros y diseñadores BIM examinan cuidadosamente todos los elementos de fontanería para detectar y resolver los choques antes de la instalación. En definitiva, el modelo de detección de conflictos BIM para el sistema de fontanería ahorra tiempo, material y dinero.