Tal vez la ingeniería civil no haya estado tan presionada en toda su historia como lo está hoy, sobre todo en lo concerniente a la construcción de carreteras y autopistas. Aunque cada semana se extienden nuevos kilómetros de asfalto a lo largo del globo, la obsolescencia de las vías es una realidad y, en muchos casos, varias de ellas ya han visto rebasados, con creces, sus límites. El crecimiento de la población, especialmente en las zonas urbanas, las satura. También aumenta el ritmo al que se mueve y vive la gente y, con él, la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, es urgente contar con autopistas eficientes, capaces de llevar a las personas a su destino en el menor tiempo posible, y es necesario construirlas con el más bajo de los costes medioambientales, cosa a la que BIM puede contribuir enormemente.
En este sentido, uno de los proyectos en los que la Metodología ha dado más de sí es el de la unificación de la autopista E-39, una ruta que hasta ahora ha estado fragmentada por la caprichosa geografía de la costa noruega. Y es que esa parte del país nórdico alberga algunos de los paisajes más espectaculares del planeta, pero también uno de los retos más complicados para la ingeniería civil: sus colosales fiordos, que llegan a extenderse 200 kilómetros tierra adentro y a tener más de un kilómetro de profundidad.
Adiós transbordador, hola túnel submarino
La ruta discurre entre Kristiansand, al sur del país, y Trondheim, al norte. El gobierno prevé completarlo en 2035, un plazo que no parece tan largo si es comparado con la mastodóntica magnitud de los trabajos. Es más, según la Autoridad Noruega de Carreteras Públicas, a principios de 2020 se llegó a completar aproximadamente el 10% de las obras previstas.
Sus 1.100 kilómetros se traducen en 21 horas de un trayecto que hasta ahora ha obligado a los viajeros a coger incluso 7 transbordadores. Tras los trabajos se espera que sean 11 las horas necesarias para atravesarla de punta a punta. El proyecto prevé acabar con la necesidad de barcos mediante la construcción de una serie de puentes y túneles que cruzan, atraviesan y pasan por debajo del paisaje y el agua.
El proyecto del túnel Rogfast ha sido el primero destinado a sustituir el transporte marítimo de los vehículos. Las obras del mismo comenzaron a finales de 2017 y su final se prevé para el bienio 2025-2026. Para entonces, con sus 26,7 kilómetros, Rogfast será el túnel de carretera submarino más largo y más profundo del mundo, pues se sumergirá hasta 392 metros.
Excelencia noruega
Así pues, hablar de esta autopista es hablar de uno de las obras realizadas con BIM más sobresalientes de la historia. No en vano uno de los tantos proyectos que conforman la totalidad de los trabajos recibió el AEC Excellence Award de Autodesk al mejor diseño de infraestructura en la categoría de presupuestos medianos (contaba con un total de 490 millones de dólares). Se trata de un tramo de 15 millas que cuenta con el mayor puente del mundo construido mediante avance en voladizo: el Trysfjord. Muy conscientes de la necesidad de buen BIM, la Autoridad Noruega de Carreteras Públicas recurrió a dos compañías expertas, Norconsult y AF Gruppen, que se ocuparon del diseño y la construcción del tramo en cuestión, cinco túneles de carretera y varios enlaces y puentes, incluido el Trysfjord.
Metodología de trabajo
La filosofía BIM que la Norconsult está siguiendo en la E39 prevé que los modelos representen todas las disciplinas, incluidos los datos básicos y las normativas, mostrando en todo momento tanto el desarrollo de la madurez del modelo (LOD/MMI) como el progreso del proyecto. Según el BIM strategist de Norconsult, Gjermund Dahl, “las exigencias y recompensas BIM Level 3 requieren que se piense de formas nuevas e innovadoras el diseño, el modelo y la gestión de la información”.
En ese sentido, la dirección coordinó la labor de los 2.000 participantes a través de criterios estrictos de digitalización basados en modelos con BIM Nivel 3 y BIM como Fuente Única de Información. La impresión de diseños en dos dimensiones se redujo en más del 90% mientras que cerca del 70% de las actualizaciones de cambios en el modelo BIM fueron automatizadas. El resultado: una considerable reducción de conflictos y un aumento de la precisión en la ejecución de los trabajos de un proyecto que promete convertirse en un icono del Modelado de Información de Construcción aplicado a la obra lineal.
