La escasa accesibilidad a la información relativa al rendimiento de los edificios dificulta la planificación de intervenciones de mantenimiento, seguimiento y rehabilitación. Sin embargo, los actuales avances en lo digital ofrecen un soporte válido para gestionar toda la información necesaria para tales fines. Buen ejemplo de ello lo constituyen los gemelos digitales y el Internet de las Cosas (IoT), cuyos sensores ofrecen una gran cantidad de datos sobre el edificio en construcción o ya construido, pero también se están explorando otros horizontes.
Materiales comunicantes
Una tesis doctoral de la Universidad de Lorraine, en Francia, ha estudiado una serie de materiales a los que han dado el nombre de «comunicantes». Se trata de elementos capaces de comunicarse con su entorno y de procesar, intercambiar y almacenar datos en su estructura interna, cosa que facilitaría al equipo BIM la tarea de definir y gestionar modelos y datos del edificio o infraestructura. Y es que, según el autor de la tesis, en la actualidad, BIM se utiliza principalmente en las fases de diseño y fabricación y son pocos los trabajos que se interesan por la posible conexión entre las redes de sensores y, más ampliamente, la comunicación entre los objetos en los edificios o infraestructuras y el BIM.
En este sentido, el proyecto ANR McBIM, Matière communicante au service du BIM (Materia Comunicante al Servicio del BIM), ha planteado un «prefabricado comunicante» consistente en hormigón dotado de una red de micronodos sensores de bajo consumo, capaz de gestionar e intercambiar datos con una plataforma BIM. Con ello se pretende demostrar la utilidad de este nuevo concepto que integra material y BIM en dos fases del ciclo de vida de un edificio, a saber, la fase de construcción (en la que se utilizaría el material para hacer seguimiento del proyecto) y la fase de explotación (en la que se dedicaría a hacer un seguimiento continuo de la estructura).
Además, la investigación habla de aumentar los servicios prestados a los participantes de las fases de producción, obra y uso mediante un sistema de gestión de datos que integre la red de materiales comunicantes y el modelo digital. Este sistema se basa en una arquitectura híbrida, que integra una parte centralizada en torno al modelo digital, y partes necesariamente distribuidas en los elementos de construcción.
Diagnóstico predictivo
Para Marcello Balzani, presidente de CLUST-ER Build Costruzione e Edificazione, el diagnóstico predictivo mediante la aplicación de sensores de nueva generación directamente en el interior de los materiales es una de las «nuevas fronteras» del BIM. En una entrevista, el arquitecto italiano hablaba del modo en que el BIM absorbe el continuo flujo de información que proviene de los sensores a través de los procedimientos de análisis de datos, que en primera instancia proporcionan un valioso feedback. De este modo el constructor podrá tener un mejor conocimiento acerca de si la obra que se está levantando respeta los certificados y requisitos tecnológicos asociados a la información del material o del componente tecnológico, por ejemplo.
Un buen ejemplo de este tipo de materiales lo constituye el yeso, que “podría tener un sensor interno que transmita datos a través de wifi en una continuidad temporal que también alerte de condiciones adversas, como un dato de mayor humedad o una fuga en la pared”, comenta Balzani.
Monitorización energética
La Comisión Europea propuso a finales del año pasado un conjunto de estrategias innovadoras para el sector de la construcción denominado Renovation Wave (Ola de Renovación) con el fin de conseguir una renovación más rápida y profunda que mejore los edificios. Según el documento, una de las acciones principales más cruciales para permitir un cambio profundo hacia las renovaciones es el refuerzo de la información.
En este marco, un estudio de la Universidad de Cagliari, en Italia, creó una plataforma de datos común para la visualización de las condiciones del interior del edificio (por ejemplo, temperatura, luminancia, etc.) y de los parámetros de consumo de energía. Para obtener conocimiento acerca del consumo de energía y las condiciones de confort interior, fue necesario asociar una red capilar de sensores de monitorización con la metodología y las herramientas BIM. Con tal fin, el proyecto contó con la integración de sensores IoT de bajo coste y un modelo Revit. Para obtener un intercambio dinámico y automatizado de datos entre los sensores y el modelo BIM, se integró Revit con Dynamo y con una interfaz de programación de aplicaciones (API) específica.
Los resultados han sido buenos: el método logra proporcionar a los gestores de los edificios información en tiempo real sobre el consumo de energía y las condiciones interiores de los edificios, pero también permite ver la tabla de datos históricos de los sensores y crear gráficos con ellos. Sin embargo, según las conclusiones del estudio, este enfoque es limitado en el sentido de que sólo proporciona una visualización de datos en 2D, lo que dificulta percibir las áreas que rodean el espacio de interés. La investigación futura incluirá el desarrollo de una visualización en 3D de los parámetros para identificar rápidamente las zonas problemáticas de un edificio.