Normalmente, los equipos de ingeniería y arquitectura han diseñado siempre los proyectos de construcción a partir de procedimientos y metodologías basadas en planimetrías de 2 dimensiones, donde la información del proyecto se encuentra diferenciada y separada en distintas carpetas y formatos. Por ejemplo, los sets de planos en formato DWG y PDF; las cantidades y presupuesto, en Excel; la programación de obra, en MS Project y la memoria de cálculo y especificaciones técnicas, en Word.
El hecho de que las obras más complejas se hayan diseñado bajo una metodología tradicional 2D es una realidad. Es más, son construcciones que siguen estando en perfecto funcionamiento. Sin embargo, también es un hecho que la industria de la construcción es una de las menos productivas. Por esta razón se está apostando fuertemente por la metodología BIM. Todo con el objetivo de mejorar la productividad y, específicamente en etapa de diseño, lograr más y mejores entregables con los mismos recursos.
Aplicar BIM en etapa de diseño implica, pues, que los equipos de ingeniería y arquitectura deben proyectar, diseñar, analizar y plasmar sus ideas constructivas directamente bajo un modelo 3D rico en datos, del que luego se extraen los entregables como planos y cantidades. De esta manera se podría decir que el proyecto se diseñó bajo metodología BIM, a diferencia de lo que se ve en otros en los que, debido a que todavía estamos en una etapa temprana de implementación, el BIM es considerado algo extra y es diferenciado del resto de entregables. En este caso, los equipos de ingeniería y arquitectura diseñan bajo metodología 2D y un equipo externo especializado en BIM genera los modelos 3D a partir de los planos 2D.
Resistencia a la resistencia
Ahora bien, para lograr que el diseño se haga con BIM, los equipos de ingeniería y arquitectura que comúnmente desarrollan los proyectos constructivos deben implementar la metodología dentro de sus flujos de trabajo. También deben lograr que sus entregables (que siguen siendo los legales y los que llegan a terreno para la construcción) se obtengan desde procesos y metodologías BIM. Esto aumentará su calidad, sólo por el hecho de venir de un modelo 3D y por tener en un mismo sitio toda la información del proyecto. Después de todo, ¿no es más fácil y más cómodo ver un proyecto en 3D que toda la información esté a la mano?
Lograr que los proyectos nazcan en BIM desde el inicio a través del mismo equipo de diseño implica que los estudios de ingeniería y arquitectura tienen que pasar por un proceso de aprendizaje, implementación y puesta en marcha. Este puede ser propuesto por la misma gerencia o surgir por la iniciativa propia de uno de sus colaboradores. Lo importante es que todos estén de acuerdo, ya que es un cambio metodológico donde participan todas las especialidades de un proyecto y otras áreas de una empresa, no sólo la operativa y encargada de los entregables.
El proceso inicial es costoso y toma tiempo, por lo que inicialmente puede que los proyectos de diseño sean más caros y que surjan ciertas complicaciones. Nuestra experiencia nos dice que, con el tiempo y una vez implementado y depurado el BIM, no cabe duda de que la competitividad de empresas que diseñan con esta metodología será mejor que la de empresas que sigan diseñando según la vieja escuela. Y es que, después de un tiempo, con los mismos recursos, se logra hacer más y mejor.
Conclusiones
Aplicar BIM en etapa de diseño, además de mejorar la calidad de los entregables típicos y permitir una temprana visualización 3D del proyecto, permite que el traspaso de información de etapa de diseño a etapa de construcción sea mucho más eficiente y que el proyecto tenga una mejor recepción por parte del encargado de la obra, quien recibirá, además de planos, cortes, vistas, informes y tablas en distintos archivos y carpetas, un modelo digital 3D rico en datos con toda la información del proyecto y listo para que lo vea como si estuviera en la misma obra.